viernes, 15 de marzo de 2013

ATRÉVETE AHORA



Atrévete ahora que estoy a tu distancia,
las armas a  mi alcance, las palabras adecuadas,
la voz  en susurro, sin prisa ni nerviosismo.
Vamos a comenzar la contienda, limpia de toda duda
pondremos de nuestra parte.

Cruza la calle,  la luna ha cerrado sus pestañas
tras la nube hospitalaria.
Los árboles se mecen con  cómplice deleite,
deja caer los impedimentos, el cínico ropaje que te escuda,
desnúdate de prejuicios, aquí está mi cama.

Hay una atmósfera de sigilo,
un roce que no toca, pasa, deja un sabor inconcluso.
El calor invade los espacios sudorosos,
arden los deseos de que te atrevas ahora.
Un preludio de libélulas se detiene en la ventana,
minúsculas y frágiles tiene su propio baile.

Vas deshojando la noche con sensuales susurros
y tu coraza de tela se disuelve en el aire.
Tus ojos son llamaradas que encienden toda mi lumbre,
y bajo la complicidad del momento
te atreves, y yo,
y yo  me entrego con corazón anhelante.

viernes, 1 de marzo de 2013

EL PÉNDULO





Tratas de moverte, crees haberlo logrado, pero es pura imaginación, no te has despegado de esa pared ni un solo ápice. Piensas que los demás están  muertos, no hay  más ruidos que el acompasado caer del tiempo.  Nadie  habla, se queja o grita. Tú estás aterrado, sabes que  todo es consecuencia del péndulo. No se divisa, pero sabes que existe y que llegará hasta el sitio en que te hayas inmóvil. Quisieras  retroceder al pasado, aunque sea unas pocas semanas, días, u horas, sin embargo tu mente esta en blanco, ni siquiera logras recordar cómo te llamas o cómo luces. La incertidumbre aumenta a medida que tratas en vano de salir de esa posición. De pronto,  esa terrible campanada que te saca de la tensión para llevarte más allá del pánico. Te deja  semiaturdido, casi sin control de tu pensamiento que escapa y por un momento caes en un laberinto oscuro y  sin fin.
Vuelves en sí, ¿cuándo tiempo ha pasado? No lo sabes, ni siquiera puedes pensar con claridad sobre el momento que recién ha pasado ¿por qué estás perplejo? Comienzas a luchar  con esa fuerza que te clava al piso. Tal vez estás igual que los otros, y es sólo tu mente que manda las últimas  fotografías hasta agotar el disco duro.
Quisieras recordar, pero es tan difícil, no hay pasado en tu mente, no hay futuro, y el presente es imposible  describirlo.  ¿Cómo has llegado hasta esta situación? ¿Sabes acaso quién eres? ¡Nombre!... Buscas en vano en tu vacía caja, ¡un nombre, por favor! clamas. Nada, por más que luchas en encontrar una respuesta, tu memoria está borrada. Tratas de gritar,  mas  el silencio escapa por  una línea dibujada en  tu rostro. Te lo digo y no lo entiendes, sé que estás desesperado, pero no soy el más indicado a calmarte. Espera,  el péndulo está bajando, se abre una pequeña puerta, las campanadas  lo anuncian, el público afuera está a la expectativa. ¡Las doce!, sales pegado a una  plataforma circular y junto a los otros, dan unas vueltas, muy derechos, fijos como figuras de plomo con los rostros pintados. Se escucha un aplauso y  con un giro automático,  la tarima se esconde dentro  del gran reloj astronómico de la vieja ciudad de Praga. Ahora ¿sabes quién eres? Pobre Avaro, ya pronto te repararán, la lluvia ha hecho muchos estragos en tu despintada cabeza de madera.