lunes, 7 de noviembre de 2011

LA CUARTA VEZ



Anoche golpeó dos veces la puerta de mi dormitorio. Por el ojo de la cerradura lo vi, era un enmascarado que después de un breve silencio se alejó.
Esta es la tercera vez que viene, temo que se impaciente y golpee mi puerta hasta romperla, sin que pueda impedirlo. ¿Quisiera saber qué busca? Y porqué llega hasta mi pieza, siempre a la misma hora y con esos dos golpes insistentes, que a veces me parece imploran que abra. He pensado que pudiera ser alguien conocido, tal vez un poco  tímido que se esconde tras esa máscara de conejo con el fin de hacerme una broma, o quizás sea un admirador.
No he querido salir hasta que en la madrugada siento los pasos de las otras chicas preparándose para el baño, entonces abro con precaución, y miro para ambos lados del pasillo y huelo su perfume, es un olor que lo he aspirado por el ojo de la cerradura y aún en la madrugada se puede percibir. Durante el día, tanto en la sala de clases como en la cafetería lo he buscado, siguiendo la huella de su olor, como un sabueso, pero no, los chicos que se cruzan en mi camino  huelen diferente, a pesar de que siento una presencia que me observa mientras camino de una sala de clases a otra, no logro descubrirlo. Me imagino que es un hombre, por eso lo trato así. Pienso que no podría ser una chica a esa hora. Es algo que no lo he tenido que dudar, estoy casi segura que es un hombre. Y claro, el perfume es singular y masculino.
Se está convirtiendo en una obsesión, cada noche lo espero, sin embargo, no todas las veces viene, estoy esperándolo por cuarta vez. He  estado discutiendo conmigo misma la idea de dejarle la puerta abierta, por supuesto que aún no lo he decidido, es muy riesgoso, puede que al ver la puerta abierta se vaya y termine ese juego de esconderse de mí durante el día, o  que me asuste cuando se saque la máscara. No sé que reacción tendré, es excitante.
...
La puerta está abierta, escucho sus pasos al cruzar el umbral, todo mi cuerpo tiembla. Mantengo los ojos cerrados, siento que me cubre con su cuerpo y su perfume nubla mis sentidos, me penetra, sus manos aprietan mi cuello, no me dejan respirar. Creo que esta vez la pesadilla se está complicando.