jueves, 29 de septiembre de 2011

COMPLICIDAD


Ella golpea la puerta, suave, luego insiste más fuerte, pero no recibe una respuesta, hay un desierto de silencio a pesar de su propio ruido. Adentro, él la observa jubiloso al verla tocar la madera con tanta insistencia, sin embargo no hace nada por dejarla entrar. En su rostro una sonrisa juega de placer, como si le divirtiera verla ansiosa.
Ella  desliza sus dedos húmedos por la ventana y su rostro se refleja en el cristal sin que el hombre se inmute por eso. No es indiferencia, la quiere, la ama,  hace muchos meses que la espera, y ahora  que ella ha llegado, él siente que su pecho se ensancha y la respira a través de la ventana. Coloca sus labios en el cristal y la besa en su humedad, cierra los ojos y la escucha replicar sobre el pavimento.
Ella se aleja  después de haber sentido los ardientes besos del hombre entibiar sus gélidos labios en la transparencia del cristal. Sus tacones empapados hacen un monótono ruido y contenta corre calle abajo esparciendo su  cortina de agua por toda la ciudad.
Ya ha llegado y eso le basta al hombre para alegrar su invierno. La lluvia  es su amante furtiva, y ella lo sabe muy bien, cómplices de  un romance inusual.

lunes, 5 de septiembre de 2011

EN BUSCA DE FANTASÍA




En busca de fantasía
miro tus labios, embelesada.
Los miro desde lejos gesticular al aire
con movimientos sensuales.
Dicen palabras que no escucho,
ellas llegan sutiles a mi oído
y cuentan cosas embriagadoras.

En busca de fantasía
miro tus manos, enamorada.
Las miro desde mi espacio acariciar el vacío,
con suaves roces palpan mi cuerpo, y me dejo.
Ellas penetran mi piel
hasta llegar al lugar de mi soledad.

En busca de fantasía
te idealizo, te hago mío.
Dices y haces lo que te pido.
Con una sonrisa engañadora
recorres mis sueños pedazo a pedazo.
Si te busco te encuentro.

Dentro de mi fantasía me perteneces,
generoso hasta el deleite.
Sueño, mejor sueño. Hay momentos en que la realidad
duele más que el cansancio.
Sólo vivo lentamente la fantasía de tenerte.
Sólo vivo la somnolencia
de un deseo,
el instante de nuestro encuentro,
más allá de  una triste realidad.